domingo, 5 de julio de 2009

Amor Cautivo capítulo VII

El día llegó muchos otros, pensó Florencia solo que ahora se encontraba de nuevo entre los brazos de su esposo, era tan feliz, después de haber comido el estofado y los mazapanes, Federico trajo consigo un cartón de helado, con el que hicieron maravillas, hace mucho tiempo que no se sentía tan satisfecha.
-Buenos días- Federico la abrazó y le di un beso.
-Buenos días, cariño, ¿Cómo amaneciste?-
Desesperándose Fede volvió abrazarla para respirar el aroma de su mujer-muy bien, con tan bella mujer a mi lado uno amanece contento-
-¿bella?, con la panza que traigo, parezco una vaca andando en dos patas-
-no, amor eres la mujer más bella que he visto, y lo que llevas ahí es el fruto de nuestro amor-
Florencia no se resistió más y poso los labios en los de su marido para así demostrarle cuanto le quería, lo de la compra había quedado atrás, aunque aún se sentía dolida con sus padres, pero entendía muy bien por que Federico lo había hecho, en ese entonces su familia pasaba por malas rachas económicas, y ella se preocupaba cada día más, a veces hasta dejaba de comer por la preocupación de las deudas de su padre, hasta que de repente un día todos sus compromisos quedaron saldados, ella no sabía que había pasado, su madre solo le dijo que no se preocupara por las cosas del dinero, ella ya tenía otros asuntos que atender como su marido y los hijos que iban a concebir.
No era culpa de sus padres, ni de Federico, pero el sentimiento seguía existiendo, no sabia si algún día podría olvidar aquello, pero por el bien de su matrimonio y el de su hijo y los que venían tenia que enterrar todas esas dudas y perdonar.
Liliana también había despertado entre nubes, haber hecho el amor con Matías fue mejor de lo que se imaginaba, fue delicado y dulce al mantenerla calmada, ella como su hermana sabían que les esperaba en el acto amoroso, decían que la primera vez, era dolorosa, pero a ella no le dolió, sintió una presión extraña, pero no dolor, después sintió como su cuerpo se abría a una sensación espectacular que la llevo a un placentero final.
Solo de recordar las tres veces que lo habían hecho se sonrojaba, se habían entregado a la pasión carnal, pero había algo más, ¿podría ser amor? Tal vez Matías era el príncipe azul que estaba esperando, se levanto rápidamente de la cama, presurosamente se fue al baño para hacer sus necesidades, llamo a su doncella para que le ayudara con el corsé y el vestido, era de suma importancia encontrar a Matías, tal vez en algunas semanas ella sería la prometida de Matías Ripamontti.
El día era precioso Florencia estaba recostada sobre el pecho de su marido, mientras este le sobaba la panza con ternura, y le daba de comer fresas con su boca, para después robarle un beso, los dos reían sin parar, sobre todo por que estaban festejando su reconciliación, y ese día era el catorce de febrero que según la leyenda era el día de los enamorados, pero ni Florencia ni Federico creían en ella, ellos profesaban que todos los días eran buenos para amar a esa persona especial.
Su momento fue interrumpido por Lili que pasaba corriendo como alma que lleva el diablo y llorando, Matías iba tras ella, Florencia se puso alerta en ese momento ella sabía que entre el amigo de su marido y su hermana pasaba algo especial lo veía en la mirada que los dos furtivamente se mostraban cuando pensaban que nadie los veía, pero aún así era de todos sabido que Matías Ripamontti era el peor libertino de la comarca, y ver así a su hermana la lastimaba. Federico viendo lo que pasaba se levantó y ayudo a su mujer a levantarse mientras se encaminaban a la casa escuchaban los gritos de Lili pero también de objetos que se rompían.
Los dos voltearon a verse y sin decir más fueron andando más rápido de lo que podía Florencia, al llegar Federico cubrió a su mujer para que no la golpeara una figura de porcelana que tenia en la parte de la chimenea.
Liliana en ese momento paro, al ver a su hermana pálida del susto yendo hacia ella la tomo de las manos.
-Hermanita, por favor perdóname, yo no quería…no…yo no te iba a pegar a ti-
-Lili ¿Qué es lo que sucede?-
La pregunta se la hizo a su hermana pero ella esta viendo a Matías, el cual traía el pelo revuelto, y un poco de sangre en el labio ¿Qué habrá sucedido?.
-todo esta bien, Flor-
-no me quieras mentir, estoy embarazada, más no soy tonta-
-yo…Flor…yo- suspiró y con enfado volvió a ver a Matías- odio a ese hombre, no lo quiero volver a ver nunca más-
-Lili, Matías es amigo de Federico, yo no puedo echarlo, si no me dices que es lo que te hizo-
-Él…yo…bueno, Flor, no solo lo puedes correr-
En ese momento Federico entro en la platica –¿Por qué quieres que se vaya Lili?- Este miro a su amigo del alma, si le había hecho algo a la hermana de su esposa y esta quería que se fuera y no verlo más, él respetaría lo que su mujer decidiera, aunque ya se imaginaba que era lo que pasaba, antes en la mañana el había visto a Matías salir del cuarto de Liliana a hurtadillas, ellos habían pasado la noche juntos, y conociendo a su amigo, Lili lo había cachado en alguna de sus conquistas matutinas.
Lili no podía decirle a su hermana que había pasado la noche con Matías, se sentía tan dolida, traicionada, él la había hecho gritar toda la noche, para que en la mañana se fuera revolcar con una de las doncellas del pueblo, cuando lo descubrió besándola sintió que se le atoraba la respiración, pero la gota del vaso fue ver a esa mujerzuela restregándosele por todo el cuerpo, como ella lo había hecho horas anteriores, se daba asco, lo mejor era irse de ahí, lo malo es que no podría ayudar a su hermana en el parto, pero era lo mejor.

1 comentarios:

kenia on 6 de julio de 2009, 0:30 dijo...

ME ENCANTOO!!=)

ESPERO EL OTRO CAPITULO CON ANSIAS!!!


♥KeNiiTa♥

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