miércoles, 22 de julio de 2009

Para siempre Epílogo

Ahí estaba él de nuevo, no podía despejar los ojos de él, se veía tan guapo como hace nueve años, cuando en una de fiesta como esta lo conoció, y ahora era completamente suyo.
Federico sintiendo la mirada de su mujer volteo a verla y le sonrió, en ese instante Florencia sintió sus pezones endurecerse, lentamente vio que se acercaba a ella y sin decir más la beso, fue un beso arrasador que la dejo sin aliento.
-vamos a casa- le decía mientras la llevaba a la puerta.
Clara en ese momento paso por ahí –ya se van, pero ¿por que tan rápido?-
-Flor no se siente bien- le dijo un Federico ansioso.
-¡oh espero que no este apunto de…-
-¡oh no! Clara todavía me falta unos dos meses más antes de que estos pequeños quieran salir-
-¿pequeños?- pregunto una Clara consternada.
-sí pequeños- le dijo un Federico orgulloso, esperamos gemelos de nuevo.
-en hora buena, Felicidades- Clara les dio un abrazo y se alejo cuando vio a su marido le hacia señas para ir con él.
En la salida, Federico la volvió a besar, pero este fue diferente, fue más tierno que pasional. –Gracias Amor, por todo-
Flor solo pudo musitar un –Te amo- antes de que Federico volviera a tomar posesión de sus labios.
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martes, 21 de julio de 2009

Para siempre capítulo 10

Los meses pasaron volando, Florencia estaba más feliz que nunca sus hijos estaban cada vez más grande, y mas inquietos a los siete meses Erick ya estaba empezando a dar sus primeros pasos, Margarita todavía gateaba pero sabía que pronto seguiría los movimientos de su hermano era como si tuvieran alguna conexión entre ellos dos.
Federico seguía trabajando, pero con menos horas para disfrutar de los momentos que le ofrecían sus hijos, y también para irse a dormir temprano con su esposa, la mayoría de las veces para hacer el amor, pero algo que tenían que fortificar era la confianza mutua, y para eso tenían mucho tiempo. Esa noche cumplían un aniversario más de casados Florencia había bañado a los gemelos y puesto a dormir lo antes posible, para que ella se pudiera arreglar, y así darle una sorpresa a su marido.
Federico estaba muy cansado, pero la expectativa de regresar a los brazos de su mujer en su aniversario era algo que lo impulsaba tremendamente, aparte Florencia nunca se esperaría la sorpresa que le tenía preparada. Estaba tan absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta del ambiente que reinaba en su casa, hasta que le llegó el olor a incienso y de las velas aromáticas que una vez habían utilizado en una sesión de sexo en la bañera.
Al llegar al comedor se dio cuenta del banquete que le esperaba en la mesa, pero no veía a su mujer por ninguna parte hasta que la sintió detrás de él, inmediatamente quiso voltearse pero ella no lo dejo.
-mmm… tendrás que esperar un momento para verme-Le susurro Florencia mientras le daba un pequeño mordisco al lóbulo de su oreja, y le quitaba la chaqueta.
El gemido de Federico, hizo que Flor se sintiera mas osada en sus movimientos y sin dejarlo voltear lo llevo a la silla del comedor, ahí le puso en los ojos una venda color verde jade.
-amor, no se lo que me vas hacer, pero esto me esta poniendo muy caliente-
-si, amor así es como me siento yo ahora, ahora solo siente, y no hables.-
Federico no sabía que iba hacer su mujer, solo sentía los dedos de ella vagando por todo su cuerpo desvistiéndolo lentamente, hasta que un pequeño escalofrío lo recorrió de pies a cabeza y la risa de su mujer hicieron que se excitara más.
-me estas matando, lo sabes ¿verdad?-
-sí, y me encanta-
- a mi también amor, pero sabes que pagaras la tortura-
-solo si en la tortura esta incluida tu lengua- Las palabras dichas de su mujer en un ligero susurro en su oreja y las imágenes de cómo podían darle uso a su lengua en el cuerpo de ella, hizo que Federico casi acabara, pero con toda la entereza del mundo aguanto.
Florencia estaba muy entusiasmada con el poder que tenía, aunque a veces Federico la dejaba llevar la batuta cuando hacían el amor, no se comparaba con lo que ahora estaban experimentado, le gustaba que su amor, aunque no estuviera amarrado de las manos, no hiciera el intento de tocar. Agarrando una pequeña porción del asado que estaba sobre la mesa, se lo llevo a la boca y lentamente s sentó a horcajadas de su marido, dándole la comida de boca a boca pero solo para que sus labios se rozaran sin llegar a tener más contacto; podía sentir el miembro de Federico palpitando duro y caliente, la sensación de su piel con la tela tan delgada de su camisón era excitante, no podía dejar de sobarse en el cuerpo de su marido, este ya no pudo más y la agarro por la cintura trepándola al filo de la mesa, se quito rápidamente la venda de los ojos y subiéndole el camisón que ahora podía ver que era de color negro pero la tela era transparente se podía ver todo el cuerpo desnudo de su mujer; y sin más preámbulos se zambullo en el centro de Florencia deleitándose con el néctar que se derramaba, su lengua mancilla la entrada, mientras sus dedos se clavaban en las caderas para acercarla más.
Los dedos de Florencia se enredaron en el pelo sedoso de su marido mientras lo empujaba más hacia ella, su cuerpo estaba a punto de explotar, y si no lo hacia en este momento, podría morirse, como si hubiera llamado a la suerte, sintió desde el centro de su ser como ráfagas de puro placer se vaciaban hasta su cabeza, explotando en un torrente de lava que su marido se encargo de consumir.
El cuerpo de Flor estaba lánguido en el más eterno placer, y sin más preámbulos fede se la llevo a la cama, ella dio una pequeña protesta.
-¡no!, no hemos terminado de cenar-
-¡oh!, cariño en eso estate segura- la voz sexy y ronca de su marido hizo que su excitación volviera, pero ahora si no la encontraría con la guardia baja, Si Federico se impresiono por lo que paso en el comedor, el dormitorio fue más impactante la cama estaba decorada con sabanas negras y brocado dorado, el dosel era transparente pero lo mejor eran los diversos cojines que se encontraban derramados en la enorme cama, parecía un harén exclusivamente para que su mujer le diera placer, las cintas rojas estaban colgadas en el cabecero, Federico quería volver utilizarlas, pero nunca se imagino que el seria el amarrado esta vez, y así se lo hizo saber su mujer cuando ella quedo arriba de él, y sin dejar de besarlo se fue moviendo sensualmente sobre él hasta llegar a su ombligo, pero no bajo más ya que por haberla tocado se merecía un castigo.
-sabes amor, esto de ser tu ama me gusta y se me ha ocurrido un castigo por tu desobediencia-
Federico alzo su cabeza un poco alarmado, no creía que a su mujer le pudiera gustar el masoquismo, Flor leyendo el pensamiento de su esposo soltó una pequeña carcajada.
-no es lo que te estas imaginando, pero se que lo disfrutaras mucho-
Sin más preámbulos se quito lentamente el camisón, pero no sin antes acariciarse los senos para pasar al estomago donde se daba pequeños peñizcos alrededor del ombligo, antes de bajar a su pubis donde se detuvo solo un momento para volver a subir a su ombligo, cada vez iba bajando más hasta que llegó al clítoris donde empezó a masajearse lentamente, mientras cerraba los ojos y echaba la cabeza hacia atrás. Fede la contemplaba mientras ponía toda su entereza en aguantar ya que no le quedaba de otra estaba realmente excitado sobre todo cuando su mujer se introdujo un dedo dentro de ella, vio que sus movimientos eran más frenéticos hasta que vio la sonrisa de felicidad que se dibujo en la cara de su mujer, después de unos minutos miro a su marido y tímidamente le pregunto que si le había gustado.
Federico le contesto jocosamente que solo tendría que echar un vistazo abajo para saber si le había gustado, Florencia con una mirada de pura lasciva lo observo y vio que ya emana un liquido viscoso de su juguete favorito.
-mmm…sabes yo sigo hambrienta, y sabes que me encanta la fruta, sobre todo cuando esta tan madura-
-¡no!, por favor amor, necesito…-
-se lo que necesitas-
Y antes de que él dijera algo más Florencia se introdujo esa fruta madura a su boca, la succión y la presión era perfecta para que su esposo no terminara tan rápido, aparte las manos de él estaban amarradas y por más que quisiera no podía detenerla, Florencia hizo los movimientos más rápidos y Federico termino con un gruñido ronco y dejándose caer en la cama.
Flor le quitó las cintas y se recostó a lado de él con los cojines más desperdigados en la extensa cama, beso suavemente a su marido.
-Feliz aniversario, amor, Te amo-
-yo también te amo, Flor, por favor no lo dudes-
-¡oh no! Nunca, nunca, nuestro amor es para siempre-
Federico suspiro, no sin antes besarla para dejarla sin aliento.
-en este momento me has dejado cansado pero solo déjame reponer fuerzas y entonces serás mía de la forma más explicita que puedas imaginarte-
Florencia se estremeció y se pego más a su marido, su mano bajo a sondear el miembro de Federico que estaba ya semi-duro de nuevo.
-bueno creo que no tardaras mucho- le dijo Flor picaramente mientras se pegaba más a su marido.

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lunes, 20 de julio de 2009

Para siempre capítulo 9

-Odio estar en cama- Florencia le reclamaba por quinta vez ese día a Federico, desde que había salido de la clínica no había momento del día en que Florencia no se quejara, que si estaba entumida, que le dolía la espalda, que quería caminar, etc. Pero Federico no la dejaba sola ya que Sandy le dijo explícitamente que por ningún motivo se tenía que levantar de cama.
Federico movió cielos y mares para estar casi todo el día en casa con sus tres tesoros, los cuales a veces lo desesperaban Flor quejándose, y los gemelos llorando por que tienen hambre, hay que cambiarlos, si con uno es difícil ahora con dos más.
Pero Federico los adoraba a los tres, pero amaba más a ese ser que en este momento se estaba levantado y que en cualquier momento empezaría a gritar se decía a si mismo Fede.
-¡Acuéstate!-
-¡no!, no eres mi padre-
-no, soy tu marido-
-¡já!, si como no-
-eso que quiere decir-
-que pronto serás mi ex…-
Federico salio de la habitación dando un portazo, Flor nunca se había esperado esa reacción, ¿pero que quería?, que aunque la estuviera cuidando se iba a olvidar de lo que paso. Sí le estaba agradecida por ello, y por atender en este momento a Margarita y a Erick pero hasta ahí, de igual forma no separaría a los niños de su papá, pero entre ellos nada, absolutamente nada cambiaria; Florencia trato de nuevo de incorporarse, en ese momento se abrió la puerta de nuevo.
Federico agarro la silla mas cercana, la dejo a un lado de la cama mientras recostaba de nuevo a una Florencia furiosa, le entrego unos papeles y tomo asiento.
-¿Qué es esto?- Le pregunto Florencia
-Lee- Fue todo lo que Fede le contesto
Florencia empezó a leer, se dio cuenta de que era desde el encabezado de página “DEMANDA DE DIVORCIO”.
-mmm…¿y?- pregunto de nuevo Florencia.
-quieres que sea tu ex – marido, firma ahora-
-¿Por qué te haces esto?-
-tu misma lo estas haciendo, Flor, tú lo pediste, ahora fírmalo-
-¿y tú no tuviste nada que ver?-
-¡no!-
-¿Cómo que no?, si no mal recuerdo tu me fuiste infiel, créeme puede que haya pasado unas semanas en el hospital, pero eso no me hizo tener amnesia-
-Lo que pasa Florencia, es que la confianza entre nosotros se ha perdido, no crees ni una palabra de lo que te dije, de lo que realmente sucedió-
-por favor Federico, me quieres decir que pasaste la noche con esa… esa mujer y solo dormiste tan tranquilo como un bebé, permíteme que lo dude-
-eso es lo que pasa Florencia, tu ya no me amas, y por lo mismo no puedes confiar, ¿tengo razón?-
Florencia aparto la mirada de su marido y la enfoco en el paisaje que se veia a través de la ventana, ella aun lo quería, pero ese cuento chino de que no paso nada entre ellos, era tan difícil de creerlo.
Federico aprovecho ese momento para recostarse a lado de su mujer, esta inmediatamente se puso rígida, su cuerpo aun la seguía traicionando, Federico la jalo tiernamente a su costado para acomodarla entre sus brazos, como varias noches había soñado.
-Se que no crees en mi palabra, pero es cierto lo que te conté, yo de igual forma me quede sorprendido, esa noche estaba muy borracho para recordar que fue lo que sucedió, pero me he sentido fatal, se que te hice daño, que nos hicimos daño, nunca hablamos de nuestros problemas, y eso fue cada día más grande, cuando estabas en el hospital y te vi en el quirófano con tanta sangre alrededor tuyo, creí morirme, no creo que hubiera podido vivir sabiendo que tu no estarías a mi lado, criando a nuestros hijos, viéndolos crecer y educándolos.- Federico le alzo la cara para que lo mirara a los ojos, Florencia tenia los ojos empapados en lagrimas, eso fue algo más que a Federico le dolió –Te amo, Flor, siempre lo he hecho, tu eres toda mi vida-
Florencia no pudo más y rompió en llanto, ella le creía a su marido, pero tenían que volver a levantar su confianza como pareja, tenían que volver a empezar, Dios les estaba dando una segunda oportunidad, había que aceptarla.
-yo también te amo. Federico, siempre lo he hecho, pero tenemos que volver a empezar-
-lo sé, amor, se que será difícil, pero podremos seguir adelante, con nuestros hijo, Te amo Florencia-
Florencia decidió en ese momento demostrarle cuanto lo amaba en ese momento, pos sus labios sobre los de él, dándole pequeños golpes con la lengua, sabía ella muy bien que eso lo excitaba, y lo confirmo al sentir sobre su vientre la prueba indiscutible del miembro de Federico preparándose. El beso se intensifico más cada segundo, sus lenguas se encontraron en un punto intermedio donde solo las separaba el alejarse para tomar aire, las manos de Federico vagaron por el cuerpo de su esposa, lentamente quitándole el camisón que en esos momentos tenia, lo fue quitando lentamente hasta que sus senos quedaron al descubierto, estos estaban más grandes, las aureolas eran más oscuras y se veían tan suculentosas que Federico no tardo en engullirla por completo, Florencia se movía sensualmente sobre su marido mientras este seguía prendado en sus pechos, los dos sabían que no podían terminar, ya que Flor estaba todavía convaleciente, pero a ellos les gustaba experimentar otras formas de amarse.
Lentamente para no lastimarla Federico la posiciono debajo de él para así poder deleitarse con el cuerpo de su mujer –no te muevas- le susurraba Federico, pero habían sido tantos meses de abstinencia que Florencia no paraba de arquearse.
En ese momento Federico abrió el cajón de la mesilla y saco unas cintas de terciopelo color rojo, agarro la mano de su esposa y la amarro a la cabecera, Flor salio de su estupor y se le quedo mirando a su marido.
-confía en mí- Federico le dio un suave beso mientras amarraba la otra mano.
Florencia no razonaba en ese momento, solo sentía y era lo mejor que le había pasado, por eso le encantaba su marido, siempre sabia como satisfacerla, los pensamientos quedaron en el abismo cuando Federico paso la lengua por el ombligo ella sabía a donde se dirigía pero antes de que llegara al punto exacto, él la torturaría y así fue como lo hizo, poso labios, lengua, dientes, manos sobre todo el cuerpo de ella, sin llegar al punto más sensible. Flor no podía parar de gemir y de pedir que la aliviara pero aun así Fede disfrutaba de torturarla hasta que llego a ese lugar escondido entre sus piernas, fue abriéndola poco a poco mientras su boca jugueteaba en el monte de Venus para pasar a lamer desde abajo hacia arriba lentamente, sus dientes mordían tiernamente su sexo, su lengua salía y entraba absorbiendo cada vez más la humedad que emanaba de Flor, sentía su orgasmo venir, pero Federico lo paro para pasar otra vez su lengua, matándola de placer, e iniciando el ascenso hasta que por fin llego al botón de su feminidad, el cual absorbió con su boca, chupándolo y mordisqueándolo hasta que el eminente éxtasis llegó.
El grito que soltó Florencia fue de lo mas estridente, se sentía partir en dos, sentía cada fibra de su ser, como su sangre golpeaba en todo su cuerpo, olas de placer repartiéndose por cada extremo de su alma, por fin sintió el fin de esto, su cuerpo languideció dejándola en la más exhaustiva calma, sus ojos se cerraron en la más dichosa felicidad.
Federico desató las manos de Flor de la cabecera, con una sonrisa triunfal, al ver que su mujer dormía placidamente, el todavía seguía excitado pero ya cuando se recuperara y despertara su mujer se lo cobraría y con creces, la abrazó y tapándolos con la colcha le susurro al oído cuanto la amaba.
***
-creo que ahora no te iras- le dijo triunfalmente Mariano a Sandy después de haberle hecho el amor.
-¿Por qué piensas eso?-
Mariano volteo a ver a Sandy la cual estaba boca abajo con las sabanas enredadas en las piernas por su juego amoroso.
-solo lo sé-
-o sea, que tú crees que por que acabamos de encamarnos, no me voy a ir-
-no, nos encamamos-
-bueno, llámalo como sea, pero no eres mi dueño-
-Sandy, por favor, no te puedes ir en este momento-
-mira Mariano, esto que sucedió con nosotros no es motivo para quedarme-
-¿Por qué no?-
-porque pronto seré una aventura más eso créeme que lo sé-
-y si te dijera, que no te quiero solo para una aventura-
-eso tendría que tener pruebas-
-un bebé, ¿no sería una prueba suficiente?-
-que dices- Sandy en ese momento se levanto, dejando expuesto la parte de arriba, algo que a Mariano le encantó ya que su boca empezó a sondear sus pechos.
-mhum…un bebé, sabes que no hemos utilizado ningún método, algo imperdonable en unos médicos reconocidos como nosotros- este le decía mientras su boca encontraba el pezón duro e inhiesto
-yo…lo sé, pero no hay peligro de embarazo-
Mariano le jaló el pezón con los dientes, y esta dio un pequeño grito
-me sorprende, doctora, siendo ginecóloga, que no sepa que los métodos naturales son obsoletos, aparte usted no es la que se ha quedado embarazada-
-¿ah no?, supuestamente ¿quién quedo embarazada?-
Marino cubrió el cuerpo de Sandy, mientras con las rodillas le abría las piernas, de un solo movimiento la penetró.
-yo soy el embarazado, cariño, ahora si que te tienes que casar, me has quitado mi doncellez-
Sandy no podía reír por lo que acaba de decir Mariano, ya que la estaba martirizando con sus movimientos
-más rápido, Mariano-
-¡no!-
-¡sí!-
-dime que me pedirás matrimonio-
-¿qué?- Sandy abrió los ojos y se quedaron prendados inmediatamente en los de Mariano.
-pídeme que me case contigo-
-esto no puede, yo no quiero ca…-
Marino entonces hizo los movimientos más lentos, estaba poniendo todo el esfuerzo del mundo en ir lentamente, ya que lo que quería era ir más rápido, Sandy al sentirlo empezó a quejarse y a quererlo atraer, pero el la agarró de las manos, mientras la penetraba lentamente le decía que le pidiera matrimonio, hasta que Sandy le hizo la pregunta.
-Mariano, tú quieres…¿quieres casarte conmigo?-
La sonrisa que le dedico Mariano, la llevo casi al orgasmo –pensé que nunca me lo pediría, MD. Sandy, creo que lo pensare-
-¡no! Maldita sea, quiero una respuesta ahora- casi le gritaba, ya que estaba empezando a frustrarse con los movimientos de Mariano, que después de un segundo cambiaron haciéndolos más rápidos, este la abrazó mientras le susurraba que le encantaría ser su esposo y que su respuesta era sí.
El éxtasis llegó arrastrándolos a una letárgica encantadora.
***
Florencia sintió de repente frío, eso hizo que se despertara, tenía vagos recuerdos de lo que había pasado, pero no estaba segura, momentos después vio que Federico entraba casi desnudo, con sus hijos en brazos.
-buenas tardes- le dijo Federico mientras le daba a Margarita a Florencia.
-ya es hora de su comida-
Antes de que Federico le contestara Margarita había encontrado el pezón de su madre que inmediatamente empezó a mamar, Fede rio y se encogio de hombros.
-no los escuche- dijo una Flor apenada.
-no lloraron, por eso fui a verlos, y estaban solamente inquietos en su cuna, pero ya es hora de que les dieras de comer-
-mhum- Florencia no le dijo más ya que se quedó admirando como la boquita de su hija mamaba con avidez, mientras cerraba los ojitos, para volver a dormirse, la idea de tener una tercera cuna, fue algo que agradecía Florencia a Federico infinitamente ya que por lo general podía dejarlos dormir cómodamente hasta que Federico se los llevaba a sus respectivos lugares.
Federico le quitó a Margarita la cual estaba más que satisfecha, para pasarle a Erick, era incomodo, a veces que Federico la viera como le daba pecho a sus hijos, pero la mirada que le dio en ese momento no era nada intimidatorio. Erick igual que su hermana encontró el pezón y empezó a mamar, pero no se conformo solo con mamar, sino que también decidió tocar, y su manita se fue directo a jugar con el pezón del otro pecho, algo que hizo reír a sus papas.
-digo ¿a quién se parecerá?- le pregunto Flor a su marido con una enorme sonrisa.
-a mi no me veas-
-mmm…con que no-
-no, por que yo en este momento no solo estaría besando tus pezones- y para hacerlo más explicito, coloco una de sus manos en su sexo para sobarlo.
-creo…creo que Erick ya…termino-
Federico vio a su hijo el cual estaba completamente dormido, pero con la boquita aun en el pecho de su mamá; lentamente se lo quitó para dejarlo en la cuna, y antes de que Flor se limpiara el la agarró de las manos y empezó a limpiarle concienzudamente la leche que se había derramado.
-mmm… delicioso, ahora se por que a nuestros hijos les gusta tanto esto-
-Fede, ¡oh! Fede, ¡si! Ahí-
Eso solo fue el detonante para que Federico recostara nuevamente a su mujer para volver a disfrutar de su cuerpo.
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domingo, 19 de julio de 2009

Para siempre capítulo 8

Florencia no sabía que decir, Federico seguía sin decir nada y Sandy tenia una cara de preocupación, ella no le quería decir nada todavía, ya que si le decía que tenia gemelos no la hubiera dejado ni respirar por lo sobre protector que era sabiendo que estaba embarazada.
Federico salio de su limbo y se quedo mirando a Florencia, esta no supo si interpretar su mirada como ¿sorpresa? ¿Enojo? O ¿ambas?
-¿por qué no me dijiste nada, Florencia?- su voz casi tranquila no calmo para nada a Flor.
-podemos hablar más al rato-
-ahora, Florencia-
Flor se le quedo mirando a una Sandy que trataba de disculparse para que la ayudase, ya que Federico quería respuestas en medio del parto.
-Federico, creo que Florencia te puede contestar tu pregunta luego, no creo que quieras tener a tus hijos en pleno pasillo, ¿verdad?-
Rápidamente Fede salio de su limbo, parpadeo varias veces como si quisiera borrar el momento en el que estaba.
-¡Sí! Lo siento, solo que yo…-
Florencia grito en ese momento, Federico le sostuvo la mano y le dio un pequeño beso en la frente, como para llenarla de su fuerza y su amor.
-ya hablaremos, amor, pero ahora tendrás que ser fuerte por ti y nuestros bebés-
-¿ya no estas enojado? le decía una Florencia mientras jadeaba camino a quirófano.
-no puedo estar enojado con la madre de mis hijos, y menos cuando esta a punto de traerlos al mundo- puntualizo Federico
-lo siento, yo no quería preocuparte- esto ultimo lo dijo casi pujando.
-Florencia-le advirtió Sandy- espera solo un poco más, todavía no pujes.
-No, puedo, el bebé quiere salir-
Federico recostó la cabeza a lado de la de ella para susurrarle al oído.
-¿Recuerdas los cursos de Lamaz que tomamos en la sala de video?-
-¡sí!-
-Pues es momento de que empieces a respirar como decían-
Flor empezó hacerlo, mientras Federico la ayudaba a repetir lo mismo –eso es cariño, respira ahora saca el aire como si estuvieras inflando un globo, eso amor, así-
Sandy regreso al quirófano preparada, se acomodo en su lugar, y dio paso al parto.
-Eso es Florencia, puja, puja, ya veo la cabeza, ahora respira y vuelve a pujar- Sandy le daba ánimos, mientras Federico ayuda a Flor a levantarse y pujar.
-Vamos cariño, ya esta casi afuera. Florencia empujo con todas sus fuerzas por última vez, el alivio lo sintió inmediatamente, y las lágrimas corrieron por sus ojos al oír el primer llanto de su hijo.
-¿Cómo esta?- Flor preguntaba cada vez más ansiosa en mirarlo.
-Es un hermoso niño, rojito, arrugadito, y tienes unos pulmones, jajajá, amor, es el mejor regalo que me pudiste dar-
Federico beso levemente a su mujer en señal de agradecimiento, y Flor se dejo querer, estaba muy agotada en esos momentos para discutir, sentía sus parpados pesados y como todo lentamente se hacia negro la voz de Federico y Sandy se oía lo lejos, escuchaba que le decía que despertara, pero ella estaba tan cansada
***
Federico no sabía que hacer, Dios no le podía hacer esto de nuevo, se esta repitiendo la misma historia, ver a Flor en la camilla del quirófano sin reaccionar y la sangre que emanaba de ella, era tan aterrador que lo tuvieron que sacar de inmediato, ¡Maldición! ¿por qué?, ¿Por qué siempre que la tocaba, ella tenia que sufrir algo?, el había decidido quedarse con ella, pero en ese momento estaba jurando que si se reponía le daría el divorcio, para alejarse de la tentación pero se haría cargo de su mujer e hijos, ¿hijos?, todavía no nacía el otro cuando Flor ya estaba medio muerta, a lo mejor solo se quedaba con el pequeño Erick, así le iban a poner, pero ¡no!, no quería pensar eso, Florencia se tenia que recuperar por ese pequeñito que todavía no había visto.
Mientras este seguía en sus pensamientos una chica muy mona se le acerco.
-Hola ¿Qué tal me recuerdas?-
-Hola, la verdad es que no-
-mmm… ya me lo suponía-
-lo siento, de verdad, aparte no estoy en el mejor momento de hablar, mi esposa esta muy mal en quirófano-
-lo siento mucho, mi abuelo también esta internado, pero él ya vivió su vida como quiso-
-si, mi Flor apenas esta comenzándola y nuestros bebes también-
-entonces, ¿si pudieron tener bebes? ¡Al fin de cuentas!-
-¿perdón?-
-mira, tu no me recuerdas pero yo si, me llamo Trinidad, me conociste en ese bar del hotel, ¿recuerdas?- viendo la cara de Federico – bueno creo que no, la cuestión es que tu estabas tan tomado, que decidimos ir a una habitación, yo te lleve, y tu empezaste a besarme, y a decirme Florencia, yo te aparte de mi, por que eso si querido yo no soy salvavidas de nadie, entonces te empecé hacer preguntas y me contaste todos los problemas con tu mujer, después te tumbaste en la cama y te desvestí, igual yo estaba tan cansada y no había traído mi coche así que decidí descansar en la cama, digo no fue nada malo.
Federico no lo podía creer, ¡Madre Santísima! Todos estos meses torturándose con lo mismo y lejos de Florencia, para que todo fuera una farsa.
-pero tú estabas desnuda debajo de las mantas-
-claro, que no-
-si, yo te vi los hombros descubiertos-
-obvio cariño mi vestido era strapple, te iba a decir todo cuando despertaras, pero te habías ido, y no tenia como comunicarme contigo-
En eso escucho que la llamaban
-pero bueno, me alegro de que las cosas estén bien en tu matrimonio, y ahora con tus hijos creo que podrán ser felices, nos vemos- le dio un beso en la mejilla y se alejo.
¡NO!, no le podía pasar eso, no en este momento, su mujer esta perdiendo la vida en quirófano, y él se enteraba de que no había pasado absolutamente nada para romper su matrimonio, ¿cómo podía ser eso? ¡DIOS! Él no podía hacerle esto.
***
Florencia, se sentía tan relajada en ese lugar, tanta paz emanaba de los diferentes lugares, era como estar en el cielo, todos sus temores, tristezas, problemas se habían ido, pero aún así sentía que le faltaba algo, sentía su corazón vació, como si alguien o le faltara para así tener por fin la tranquilidad tan esperada.
A lo lejos de la Isla donde se encontraba diviso a unos pequeños niños jugando, se veían tan hermosos, sobre todo la niña con unos rizos rubios y ojos color miel, se parecían tanto a una persona que ella conocía, en ese instante la niña volteo a mirarla su sonrisa era tan hermosa y tan angelical, quiso ir con ella, pero veía como se alejaba cada vez que ella daba un paso, no quería espantarla, pero ella también estaba sola, ¡tenía que alcanzarla!...Florencia corría, le gritaba, pero la niña no le hacia caso de pronto un haz de luz la jalo…
-La tenemos, Doctora, signos vitales estables-
Sandy respiro hondo si Florencia estaba en paro cinco minutos más, no sabría como decirle a Federico que se había quedado sin esposa y con dos hijos. Flor trato de quitarse la mascarilla, pero Sandy no la dejo.
-Tranquila, Flor, todo esta bien-
Flor sin hacer caso a Sandy se quito la mascara, su respiración era agitada, pero aun así tenia que preguntar por sus hijos.
-Mi…be…bé-
-Ella esta bien-
-¿ella?-
-Si, Flor, una hermosa niña, que al parecer será igualita a su padre-
Las lágrimas de Florencia eran de felicidad, alegría, incredulidad ya que no podía ser posible que haya visto como sería su hija en algunos años venideros.
-Fe…de-
-Él esta en cuneros, conociendo a su hija, a ti te pasaremos a un cuarto, pero necesitas descansar, tienes que salir adelante sobre todo por esas criaturas que te están esperando, ahora obedéceme y ponte la mascara.-
Florencia obedeció no sin antes darle las gracias a Sandy.
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sábado, 18 de julio de 2009

Para siempre capítulo 7

Florencia tenia unos dolores insoportables, las contracciones eran cada vez más seguidas, todo el camino que recorrió en ambulancia hasta el hospital se la paso maldiciendo a Federico, a la vida por hacerla mujer, Sandy que estaba ya esperándolos en la entrada de urgencias, se quedo mirando por un momento a Flor y luego al pálido de Federico, conociendo el carácter de Flor era muy posible que algo malo le hubiera dicho a su esposo, reprimiendo las ganas de reír se acerco a ellos una vez dentro del hospital.
-¿cómo te sientes?-
-¿qué como me siento? ¿Solo se le ocurre decir eso?-
-bueno, bueno, estas muy alterada-
-¡No estoy alterad…¡ah! ¡Dios! Siento que me parto! ¡Sácalo ya sandy! ¡Sácalo!-
-déjame checar cuanta dilatación tienes- Sandy se puso los guantes de látex y dándole un pequeño chequeo decidió esperar un poco más.
-Flor, tendremos que esperar-
-¿Qué? ¡Imposible, este crío sale por que sale!-
-Tienes que darle tiempo a la naturaleza, apenas tienes seis de dilatación y te faltan cuatro, así que ya llevas bastante recorrido, y si sigues así yo creo que unas horas tendrás a …- el sonido del beeper interrumpió a Sandy- ahora vuelvo, por lo mientras veré si te pueden poner una epidural. Federico cuídala, de todas formas el monitor esta prendido por si algo les sucede.
-Sí, Sandy- le respondió un Federico cada vez más asustado por las reacciones de su mujer.
Se quiso acercar a ella, pero Flor no lo dejo
-¡váyase! No me vuelva a tocar, maldito sea, mire lo que me ha hecho-
-pero, Flor-
-¡le dije que se fuera! O le juro que en este momento veo como le hago y lo castro- Federico dio un pequeño respingo por el carácter de Flor, pero sabia muy bien que estaba así por los dolores, y decidio por el momento dejarla sola, antes de que ella le soltara otra de sus amenazas.
Federico se dirigio a la puerta, pero Florencia dio otro grito de dolor
-¡NO!, no me deje sola, mire en que estado estoy-
-pero, Flor tu me dijiste-
-por Dios ya se que le dije-
-entonces me quedo-
-si, pero no me toque-
-ya lo se Flor ¡te doy asco!-
Una Flor un poco más repuesta se dio cuenta de la cara de su marido, él dolor se reflejaba en ella.
-no me das asco, solo que imagínate que me embarace de nuevo, todavía ni saliendo del parto-
Federico se le quedo viendo con cara de sorpresa y después no pudo reprimir la carcajada que tenia atorada en la garganta
-no te rías, mira como me dejaste después de la última vez que estuvimos juntos-
Federico recordaba bien esa noche, y ella tenia razón esa noche no habían terminado de consumar el acto, pero aún así habían procreado a esa criatura.
Habían llegado de la fiesta de la empresa de Federico, estaban un poco cansados, habían peleado en el carro camino a casa, por “Estela” su asistente que cada vez se insinuaba más a él, pero Federico nunca le hacia caso, a veces se decía que él no tenía culpa de que las mujeres lo persiguieran, sus ojos solo eran para la mujer que tenía en ese momento tan enfadada a su lado.
Todavía no apagaba el motor y Florencia abrió la puerta del coche y salio hecha una furia, abrió la casa dejando abierta la puerta para que entrara Federico, este se bajo de carro una vez apagado y fue tras ella, solo al escuchar el portazo que le dio a la puerta de su habitación, no le dieron ganas de ir con ella, pero tenia que decirle que ella era la única mujer de su vida, se armo de valor y subió, al ver que estaba cerrada con llave, le entro una furia ¿Cómo le cerraba la puerta de su cuarto?
-abre, Florencia-
-¡NO!-
-abre, la maldita puerta, este también es mi cuarto-
-vete con tu amiguita, tal vez te deje ocupar su cuarto, ¡va estar encantada!-
-no seas cría, ábrela o te juro que la tiro-
Se hizo un silencio largo, para después escuchar que le daban vuelta a la llave, Federico giro el picaporte y entro, Florencia se estaba cambiando la ropa para dormir, así que todavía estaba en sujetador, bragas y liguero. Federico sintió que en ese momento todo enojo se había ido, dando paso a la excitación de ver a su Flor con ese atuendo, sin decir nada se acerco a ella.
Flor pegó un pequeño grito al sentir como la cargaba su esposo y la depositaba en la cama, Federico se posiciono arriba de ella e inmediatamente sintió su miembro excitado, duro y caliente, Flor soltó un pequeño gemido, pero aun así ella seguía enojada con él y ahora más, ya que creía su marido que con sexo iba a olvidarse de la escenita que protagonizaron Estela y él
-suéltame-
-no, amor, no te vas a parar de esta cama, hasta que no te des cuenta de que a la única que amo es a ti-
-el sexo no solucionara nada-
-sabes que nosotros nunca hemos tenido sexo, hemos hecho el amor-
-suéltame, Federico, no quiero-
-mmm…tu cuerpo me dice otra cosa- y para reafirmarlo Federico se llevo uno de sus pezones ya excitados a la boca, lo único que lo separa de sentir su textura era el encaje del sujetador, así que se lo quito de un solo tirón haciendo que este se rompiera, Flor dio un grito de sorpresa, pero antes de que se separara de él, Federico sonrió y engullo el pezón entero, succiono hasta saciarse, después se despego y vio la marca que le había dejado a un lado de la aureola, ella era suya, Florencia en ese momento no podía pensar, solo sabía que quería más asi que agarro la cabeza de su marido y la llevo al otro seno.
-bésame ahí, por favor-
-lo que tu digas- Federico empezó exhaustivamente su trabajo en dejarle otra marca a su mujer, Florencia lo seguía acariciando, le quito la ropa y empezó a besarlo por todo el torso, Federico se dejaba mimar por su mujer, ella en ese momento estaba arriba, solo con el liguero puesto ya que las bragas unos minutos antes habían sido arrancadas, Florencia seguía besándolo llego al vientre donde se separo un poco para acariciar el miembro por arriba de la tela del pantalón, Fede gruño, rápidamente se deshizo de los pantalones y el bóxer quedando completamente desnudo.
Flor le sonrió entre traviesa e inocente.
-sabes siempre me ha gustado tu instrumento para amarme-
-y a mi me encanta el tuyo- Federico en ese momento poso una de sus manos en su sexo y empezó a acariciarla
– estas tan húmeda, y solo para mi-
Flor poso sus manos en el tórax de su esposo mientras echaba atrás la cabeza y las caricias de Federico se hacían mas insistentes, hasta que sintió como un dedo se introducía en su interior
– ¿te gusta que te acaricie? ¿En quien piensas cuando te penetro?-
Florencia no podía contestar, casi ni podía respirar, Federico le introdujo dos dedos más, mientras le repetía las preguntas.
-dime, en ¿quién piensas?-
Con un suspiro, Flor agarro aire –en ti-
-¿me quieres dentro de ti?-
-…sí-
-di que me amas-
-lo sabes-
-dímelo- y para tortúrala introdujo un dedo más-
-te amo, Fede- mirándolo a los ojos –solo te amo a ti-
Federico saco los dedos, y Florencia gimió de frustración, la agarro de la cintura y se levanto con ella.
-¿Dónde vamos?- Florencia casi ni se podía mantener en pie por la excitación de ese momento-
-ahora veras-
Flor vio que la llevaba a la parte trasera del biombo que tenían para cambiarse, ahí había tres espejos de cuerpo completo, pero aun así no asociaba lo que Federico quería, posicionándose en el espejo de en medio, flor se sonrojo inmediatamente al ver sus cuerpos desnudos en tres diferentes perfiles.
-quiero que nos veas tal y como somos Flor, te amo, nunca lo he dejado, ni lo dejare de hacer- La mirada que le dirigió le dio una paz interior a Florencia, ella se sentía amada y femenina, entonces hizo algo que nunca se hubiera atrevido hacer, se recostó en Federico para no perder el equilibrio, abrió sus piernas mientras se empezaba acariciarse los pechos, la mirada seguía en los ojos de su marido y vio como el deseo se hacia más intenso, agarró uno de sus pezones y se dio un pequeño pellizco, entrecerrando los ojos, se llevo una mano a su sexo y empezó a masajearse el clítoris, mientras con la otra se daba un masaje en el seno izquierdo, Federico la sostenía de la cintura si dejar de mirar como su mujer se daba placer, enfrente de él, algo que nunca había hecho, dándole pequeños besos en el cuello, sentía como su miembro se endurecía cada vez más.
-déjame entrar en ti, Flor-
-¡Shh! Disfruta-
-disfrutaría más al sentir como albergas dentro de ti, sentir lo suave que eres por dentro, derramarme en ti…-
Florencia en ese momento soltó un pequeño grito de satisfacción, las palabras de Federico evocaba en su cabeza imágenes muy sensuales, sin dejar de sostenerla, Federico la penetro desde atrás, sus miradas se encontraron de nuevo en el espejo.
-dame de tu miel, amor- le susurraba al oído cada vez más enardecido.
Flor saco los dedos de su sexo, y lentamente los introdujo en la boca de su marido, este sentía como el fuego se extendía más en su cuerpo, las embestidas eran más rápidas y fuertes, Florencia no podía estar parada por mucho más tiempo.
-pon las manos en el espejo- Florencia le obedeció, y entonces se dio cuenta en que posición habían quedado, Federico parado atrás de ella penetrándola y ella agachada con las manos en el espejo desde esa posición ella podía en el espejo de la derecha o de la izquierda como él salía y entraba, Flor gimió al ver su imagen, se veía tan decadente, pero tan, tan excitante.
Estaban tan concentrados uno en otro que solo un pequeño, que no escucharon cuando llamaron a la puerta, hasta que escucharon la voz de la mamá de Federico, los dos se quedaron paralizados sin poderse moverse, solo al escuchar la expresión y la disculpa apresurada de su madre, Federico supo que había visto el reguero de ropa tirada en el suelo, Federico se separo lentamente de su mujer, en ese momento sintió su orgasmo venir, así que se pego a la espalda de su mujer donde exploto completamente.
-amor lo siento-
-no, cariño, ve a ver que necesita tu mamá, debe de estar tan apenada-
-eso le pasa, por meterse donde no la llamaban-
-debió de preocuparse, por como salimos de la fiesta-
-si, pero…-
-¡Shh!, anda, mientras yo me voy a dar una ducha-
-Si, amor no creo que puedas salir asi-
-Florencia volteo en ese momento, y se le quedo viendo a Federico-
-lo siento, amor quería estar dentro tuyo cuando pasara, pero no pude- Federico le puso una carita inocente, ella dándole un pequeño beso le susurro
-jajajá, anda amor, ve a ver a tu madre-
-¿estoy perdonado?-
-creo que la que te debe una disculpa soy yo-
-te amo, Flor no lo dudes nunca-
-no, nunca lo dudare, yo también te amo-
Federico salio de sus recuerdos con un suspiro, si todo se hubiera quedado asi después de esa noche, ¡pero no!, después de eso hubo más problemas entre ellos hasta que se derrumbo todo y ahora estaban en esa situación.
Sandy entro en ese momento con una sonrisa radiante, un poco azorada, sonrosada y el pelo alborotado, pero Flor no presto mucha atención ya que las contracciones eran más intensas.
-veamos que tal vas-
-ese medicucho, no me dio nada-
-lo sé, me dijo que en este estado en el que estabas, ya no se podía poner el calmante, te dormiría pero no podrías pujar para dar a luz- Sandy la examino- y creo que estuvo en lo correcto en no dártelo estas completamente dilatada, vamos al quirófano a tener a esos bebes-
Federico que tenia de la mano a Florencia observo a Sandy
-¿bebés?-
-sí, Federico, Florencia ¿no te dijo que eran gemelos?-
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viernes, 17 de julio de 2009

Para siempre capítulo 6

Florencia estaba sentada en una silla de estilo victoriano, de terciopelo rojo que tanto le encantaba, ese era uno de los regalos que le había hecho Federico en su tercer aniversario de bodas, ella había estado tan emocionada por ese presente que decidió darle las gracias haciéndolo sentarse en esa silla, mientras hacían el amor.
Ella dio un largo suspiro de eso ya habían pasado casi cuatro años pero lo recordaba también como cuando se quedo internada en el hospital por la amenaza de aborto de eso ya unos seis meses y todavía no se recuperaba completamente, después de salir del hospital, Federico decidió regresar a la casa que habían compartido, Sandy le había dicho que necesitaba compañía en los meses siguientes, y que mejor que él de su esposo. Él se comportaba con ella con educación y a veces con temor, aunque no sabía el ¿por qué?.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por un pequeño golpe en la puerta, seguro era Federico que le llevaba la comida.
-Adelante-
-Buenos tardes, ¿Cómo te sientes hoy?-
-Bien-
-mmm…ya veo-
-no, no ves nada- soltó Florencia de repente.
-por favor, Florencia no empecemos-
-lo siento-
-yo también, pero por tu bien debes de estar calmada-
-ya lo sé, pero a veces estar encerrada me pone de muy mal humor-
-pero sabes que es por tu bien, todavía no estas totalmente recuperada-
-ya han pasado seis meses- Florencia no podía creer cuanto tiempo había pasado.
-pero pronto terminara todo, te recuperaras y podrás salir-
-si, no veo la hora en que pueda volver a mi vida habitual-
Florencia estaba mirando por la ventana, por lo que no vio la expresión de su marido, él creía que con sus atenciones y su cariño, podría recuperarla, pero se encerraba cada vez más en su caparazón y a veces era muy difícil romperlo.
-¿quieres jugar ajedrez?, haber si esta vez me ganas- eso solo era una puya para que ella saliera de su repentina hostilidad hacia él.
-siempre te he ganado, solo que tu haces trampa y parece que ganas- le dedico una sonrisa que hace tanto no veía y que hacía que su corazón latiera tan rápido y fuerte que parecía salirse de su camisa.
-bueno, iré por el, y esta vez te dejare ganar-
-vas a rogarme para que no te de una paliza-
-ya veremos-
Federico salio de cuarto de Flor con nuevas esperanzas, él sabia que tenia que ir lento, todo lo que había sufrido su mujer en estos últimos meses la habían hecho más frágil, pero él le había prometido no separarse de ella, pasara lo que pasara.
***
-buenas tardes, Sandy-
-no se que tienen de buenas, Mariano-
-¡uy! Hoy venimos de mal humor, que no te follaron como es debido-
-eres un maldito vulgar-
-perdón, la verdad es que no se que me impulso a decirte eso-
-yo, sí, a esa muñequita descerebrada que te hace compañía todas las noches-
-Valeria no es descerebrada-
-no ya lo veo, ese eres tú, ya que ni siquiera recuerdas que se llama Verónica-
-bueno, se parece en la “V” ¿no?-
Sandra estaba tan cansada de todo, ella ya sabía que no tendría una oportunidad con Mariano pero verlo saltar de cama, o mejor dicho sus mujeres eran las que saltaban a su cama, si no fuera por Florencia ella ya hubiera dimitido, pero en cuanto ella se repusiera, entonces diría adiós a todo a lo que la ataba a Mariano.
-Mariano, ¿no te cansas de toda esta situación?-
-¿de que situación?-
-De estar cada semana con una nueva mujer, a la cual no recordaras, ni su nombre, no estas cansado de siempre empezar de nuevo, el flirteo, el conocer a esa persona, el crearse una nueva historia- se sentó en su silla, para después masajearse las sienes.
Mariano había notado algo en Sandy últimamente, no sabía lo que le pasaba, pero este día ella estaba demasiado rara, por lo general nunca se metía en las relaciones que tenía con sus compañeras de cama, aparte sentía que en sus palabras había un poco de celos, corrían los rumores en el hospital de que ella estaba totalmente enamorada de él, pero eso era imposible, eran tan incompatibles, ella era atractiva y a veces pensaba en ella, en como sería tenerla debajo de él, sentir su piel ardiendo mientras lentamente se hundía en ella, ¡no! Ella era su colega, su amiga, no podía pensar en ella de esa forma.
-El próximo mes voy a dimitir-
Mariano, se le quedo viendo, no podía creer lo que estaba escuchando, ella era primordial para el hospital, era primordial para él que ella se quedara, ella era su bálsamo cuando estaba dolorido por alguna perdida de un paciente, ella no podía irse, él la amaba ¡¿AMABA?!, sí el la quería con todo su ser, todos los pensamientos anteriores de no poderla tener por que era su amiga quedaron obsoletos en cuanto le dijo lo de la dimisión, y le abrió los ojos.
-¡no! Tú no puedes dejar el hospital-
-nada me retiene aquí-
-¿y yo?-
-¿Tú? ¿Qué quieres decir?-
-sabes lo que quiero decir-
-no, no lo sé-
-creo que primero debería preguntarte ¿por qué quieres irte?-
-ya te lo dije, lo he pensando por mucho tiempo, Florencia es mi última paciente, y pronto estará recuperada de todo-
Mariano se acerco lentamente a ella, le levanto la cara con su mano, le dio un pequeño beso en la mejilla, después en la comisura de sus labios, para pasar después a ellos, el beso fue tierno y desesperado, lentamente los labios de Sandy se abrieron para darle entrada a la lengua de Mariano, el suspiro de ella dio pie a Mariano a alzarla de su silla para abrazarla y hacer el beso más profundo, así pasaron varios minutos hasta que tuvieron que separarse para poder respirar.
-no, no te iras-
Y sin dejarla decir algo salio del despacho dejándola confundida y aturdida. Su buscador sonó en ese momento al ver que el nombre de Florencia aparecía en la pantalla, salio corriendo de su despacho.
***
Flor estaba muy contenta de estar con su marido, había pasado mucho tiempo desde que ellos se la pasaban tan bien, pero aun así todavía existía el dolor en su corazón, aunque estos meses él había sido como el Federico que conoció, pero no se volvería hacer ilusiones, eso era algo que ella había aprendido, no volver a entregar su corazón.
-pensando en tu venganza-
-¿perdón?-
-te he ganado-
-eso no es cierto-
-claro que sí, solo ve el tablero-
-¿en qué momento me comiste a mi torre?-
-se ve que estas muy concentrada en el juego-
-¡me hiciste trampa! Eso fue lo que paso-
-¡ya! Admítelo soy un as en el ajedrez- Federico se limito a limpiarse los dedos en la chaqueta, como si el fuera un master.
-ya quisieras, solo que te aprovechas-
-si me aprovechara de ti, este juego lo hubieramos hecho más interesante-
Florencia frunciendo el ceño le pregunto –¿y como es eso?-
-una apuesta-
-¿de qué tipo?-
-de prendas-
Florencia empezó a reírse hasta que vio que Fede lo había dicho enserio-
-bueno, pues yo mmm…no juego a eso-
-¿miedo?-
-no, ¿de qué?-
-de que no resistiera la tentación de verte desnuda, tumbarte en el suelo y hacerte el amor, para después irnos a la cama y volverte hacer el amor hasta que supliques que parara-
Florencia se sonrojo de tal forma, que ha Federico le encanto, vio que su respiración era cada vez más rápida, eso quería decir que ella no era tan indiferente en cuanto a la pasión, esa seguía existiendo, tal vez todavía hubiera alguna oportunidad de no separarse, si jugaba bien sus cartas, Florencia seguiría con él, pero para toda la vida.
El reloj marcó las diez de la noche, las horas junto a Federico se hacían más rápidas cuando jugaban, pero esa noche se sentía muy cansada, su espalda esta un poco adolorida, tal vez por las horas de haber estado sentada en la misma posición.
-¡uff! Creo que me voy ya a recostar-
-¿te sientes mal?-
-solo un pequeño adormecimiento, pero debe de ser por estar sentada tanto tiempo-
-esta bien, sabes que no debes hacer mucho esfuerzo-
-ya lo sé-
-bueno, recojo esto y te traigo un té, para que puedas descansar-
-gracias, creo que si lo necesito-
-anda, acuéstate cariño, ahora vengo- Florencia se le quedo viendo en ese momento, Federico sabía que es lo que la había aturdido, antes de que se empezara a desmoronar su matrimonio, él siempre trabajaba en su despacho unas horas antes de irse acostar y solo para molestar a su mujer la dejaba irse a recostar sola no sonantes decirle “acuéstate cariño, ahora vengo” para que cinco minutos el estuviera encima de ella haciéndole el amor.
Rompiendo el silencio Florencia decidió, acostarse en la cama, y decirle que su té lo quería de manzanilla, a veces era tan doloroso estar cerca de él, quería tocarlo, besarlo, sentirlo, pero la herida seguía abierta en su alma.
Federico regreso al cuarto con la taza de té, se lo dio a Florencia y mientras tomaba un sorbo, él la contemplaba.
-mmm… ¿tengo algo?- Florencia se toco el pelo para ver si estaba despeinada.
-no, solo te contemplaba-
-¡oh!- Florencia se tomo el resto del té y poniéndolo en la mesilla de alado de su cama se recostó en las almohadas, que estaban acomodadas de tal forma en la que Florencia no pudiera tener ninguna molestia. –Creo que ya tengo que dormir, mañana será un día muy duro-
-si, eso creo- Federico se paso una mano por la cabeza –Flor-
-dime-
-será que…que pueda darte un beso de buenas noches-
Florencia se paralizo por un momento, pero que de malo había en un beso ¿no?, en el momento que asintió, Federico casi corrió cerca de su cama para darle ese beso, fue muy suave apenas había rozado su labios pero para los dos fue como una carga eléctrica, ninguno podía dejar de verse en los ojos de otros, es como si ese momento no existiría. De repente Florencia jadeó, y se recostó un poco más en las almohadas, Federico se acerco más a ella para ver que es lo que sucedía.
-¿Qué sucede?-
-Llama una ambulancia-
-¡oh no! otra vez-
-¡sí!...acabo de romper bolsa…vamos a tener un bebé-
Federico salio corriendo de la habitación pero esta vez feliz, por que pronto tendría a su hijo en brazos.
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jueves, 16 de julio de 2009

Para siempre capítulo 5

Federico no sabía que hacer, no encontraba en que entretenerse para que sus malditos pensamientos lo dejaran en paz, no podía ser posible; se repetía una y otra vez mientras iba de un lado a otro en la sala de espera, ¡Florencia estaba embarazada! ¡Iba a ser padre!...pero ahora su hijo y su mujer estaban en peligro, él todavía amaba a Flor, era su luz, no sabía de que forma disculparse por tanto dolor que le había hecho, y ahora lo culparía por provocar la perdida de su bebé y ahora si su matrimonio acabaría para siempre.
Clara y Matías entraron en la sala de espera corriendo, ya que no pudieron irse inmediatamente al hospital, tenían que despedir a los invitados, los dos se acercaron a Federico el cual ahora esta sentado en una de las sillas del hospital con las manos en la cabeza. Clara fue la que se acerco a él y poniéndole una mano en su hombro para que se levantara le dio un abrazo, en ese momento él no pudo más e hizo lo que mucho tiempo había olvidado “llorar” por la vida de su mujer que se estaba debatiendo entre la vida y la muerte…pero también por la de él la cual se vería destrozada por no tener a su Florencia a lado.
Matías que también estaba consternado por lo sucedido, se acerco a su amigo con temor de preguntar algo equivocado, pero su amigo necesitaba desahogarse.
-¿Cómo esta?-
-No lo sé, no me dicen nada, nadie sale de urgencias desde hace horas-
-vamos, macho, Flor es fuerte-
-sí, pero lo del bebé…- no pudo terminar la frase por que en ese momento se volvió a sentar a sumirse en su oscuridad.
Clara se alejo con su marido, necesita decirle la verdad a Matías, ya que se sentía responsable de lo que le pudiera suceder a Flor y a su bebé.
-Amor ¿qué te pasa?- le preguntaba Matías mientras la abrazaba.
-es que yo…yo… ¡no me perdonare si le pasa algo a Flor!-
-mi amor, tu no eres responsable de lo sucedió-
-¡es que no entiendes!- le decía Clara cada vez más afligida.
-¡shh! Cariño, todo saldrá bien-
-¡yo lo sabía!- y prorrumpió en sollozos cada vez más fuertes –yo lo sabía Matías, sabía que estaba embarazada, y en la fiesta me comento que tenia un pequeño malestar, ella lo achaco a que estaba nerviosa, pero ¡no! Maldita sea ¡era una advertencia de su amenaza de aborto! Y yo no hice nada-
Matías abrazó más a su mujer, sabía que si se enteraba FEDE de que Clara sabía del embarazo de Flor, él le echaría la culpa a ella, y no quería que su mujer sufriera más.
-amor, escúchame, Florencia ya es una persona grande y ella sabía lo que hacía, tu no te debes de culpar por nada, ya que uno nunca sabe que es lo que nos pasara. Lo mejor que puedes hacer en este momento es apoyar a su marido y a ella.
Clara miro a su marido, era un alivio que estuviera a su lado, le daba tanta fortaleza, lo amaba tanto, ahora solo esperaba que Florencia pudiera levantarse de esa cama y de disfrutar la vida junto con su marido que aún la amaba.
Federico seguía intranquilo, no veía la hora en que los doctores salieran de urgencias, y como si hubiera invocado su presencia el doctor que atendia a Florencia salio.
-¡Doctor! ¿Cómo esta mi esposa?-
-ella esta estable, logramos parar la hemorragia, pero aún esta delicada-
-¿y él bebé?-
-no se lo puedo decir con exactitud, necesitamos que la obstetra baje para revisarla, pero le puedo dar un consejo Sr.…-
-Fritzenwalden, Federico Fritzenwalden, mi esposa se llama Florencia-
-bueno Sr. Fritzenwalden lo mejor es no hacerse falsas ilusiones, la hemorragia era muy fuerte, lo más posible es que su esposa haya perdido al bebé-
Federico sentía la opresión en su corazón, su hijo…muerto, como le podria decir a Florencia que ya no iba a ser mamá, que no podrían tener a su niño en brazos, ni que lo podría amantar, ¡Dios! Era tan injusta la situación, pero el tenía que ser fuerte por ella.
-¿puedo pasar a verla? Le decía un Federico con los ojos vidriosos.
-ahora la estamos subiendo a su cuarto, vaya a información en la sección de maternidad ahí lo guiaran-
-gracias, de verdad muchas gracias por salvarle la vida-
-para eso estamos, Sr. Fritzenwalden-
Se despidió del doctor, y salio casi corriendo al departamento de maternidad, por ir tan lapido no se fijo que se topaba con Matías y Clara.
-¡hey! Macho que sucede-
-han subido a Florencia a un cuarto, para que se recupere, quiero estar con ella cuando se despierte-
-nosotros tenemos que regresar a casa, pero mañana vendremos a ver que tal sigue-
-¡sí! Creo que Florencia estará muy contenta de que vengas a visitarla- le dijo a Clara que se veía muy angustiada.
-gracias Federico, vendré a primera hora-
-cuídense- y se encamino al cuarto de Florencia.
***
-¿qué te pasa Mariano? ¿Alguna chica que te anda rondando por la cabeza?-
-La verdad que sí-
-¿y se puede saber quien es la susodicha?
-es una paciente-
-¿qué? Sabes muy bien que no te puedes enamorar de una paciente-
-Sandy, ¿me crees capaz de algo así?-
-¡te conozco!- le decía Sandy con una media sonrisa, ella estaba enamorada de Mariano desde que entro al hospital, pero nunca ha sido capaz de confesarselo, sobre todo cuando conocía su historial de conquistas, era mejor tenerlo como amigo.
-pues no me conoces tan bien como creí-
-bueno, ya deja de lloriquear, dime a ahora quien es la susodicha-
-tu nueva paciente-
-¿la chica de la hemorragia? ¿Cómo diablos te pudiste enamorar, si acaban de ingresarla? Aparte ¿no es casada?-
-¡dios mío! ¿Que hago contigo Sandy?-
-llevarme a un cuarto del hospital que este solo, me quitas la ropa y me devoras-
Eso le gustaba de Sandy siempre sabía como hacerlo reír, pero la sugerencia de hacerle el amor en el hospital, era algo que no podía suceder entre ellos, Sandy era su amiga y nada más.
-si esta casada, pero no estoy enamorado de ella, estoy preocupado que es una cosa muy diferenta a la otra-
-¿qué es lo que te preocupa?-
-puede que no se recupere, aparte su esposo se ve que esta sufriendo sobre todo por lo del bebé-
-me he de imaginar, he estado en muchos de esos casos, la verdad algunas veces es tan triste que pierdan de esa forma a una criatura, pero así es la vida y no podemos hacer nada para cambiarla-
-lo sé-
-bueno, Mariano te dejo, tengo que ir a ver que pasa con nuestra paciente-
-¿Sandra?- ella se detuvo un momento, para que pudiera darse vuelta, él nunca había dicho su nombre completo.
-si… dime-
-¿quieres cenar hoy conmigo?- ¡¿le estaba pidiendo salir?!, Qué le debía decir? Y antes de que ella diera su respuesta Mariano le dijo- es que tengo a una señorita rondando por mis pasillos y la verdad hace mucho que la corte, pero ella insiste…-
-¡ah es eso!- la decepción estaba en reflejada en su cara pero logro esconderla –claro sabes que soy tu amiga, y estoy aquí para lo que necesites-
-entonces ¿a las ocho?-
-a las ocho- y se alejo antes de que pudiera ver sus lágrimas.
***
Federico se hundía cada vez más en el abismo que se había creado, al ver a su Flor en ese estado le carcomía el alma, estaba tan pálida que parecía que no tenía vida, sin su rubor natural, sin esa sonrisa que él amaba.
Agarrándola de la mano se quedo sentado a su lado, poder tocarla era tan hermoso, él nunca le quiso hacer daño, ni apartarla de su lado, y ahora menos que nunca la iba a dejar sola, así se divorciaran o no.
Flor despertó una hora después sentía el calor de su esposo a un lado, pero también se sentía muy débil, solo recordaba que estaban en el cuarto de Clara ella y Federico apunto de hacer el amor, hasta que… ¡sangre! ¡Él bebé! su mano se fue al vientre, Federico sintió como se movía Florencia, leyó la pregunta que se estaba haciendo.
-todavía no sabemos nada, te van hacer estudios, para ver si no has…- su voz se corto y lágrimas empezaron a emanar de su rostro, vio que Florencia también lloraba, con mucho cuidado la abrazo y le dio un pequeño beso en los labios.
-tranquila amor, todo saldrá bien, no te voy a dejar-
-mi bebé, Federico, yo lo quería tener- sollozos mas desgarradores salían de su corazón.
Federico decidió no hacer caso al “mí bebé”, Flor todavía estaba muy mal por todo lo sucedido.
-¡Shh! Cariño, pronto vendrá la doctora y sabremos cual es el resultado-
Siguieron abrazados, ninguno quería separarse, estaban tan absortos el uno del otro que no vio que la obstetra había entrado-
-¿Sra. Fritzenwalden?-
Federico soltó a Flor y la recostó acomodándole las almohadas de la cama.
-soy la doctora Delgado, pero todos me llaman Sandy-
-mí…bebé…lo perdí ¿verdad?-
-eso es lo que revisaremos en este momento Flor, ¿te puedo decir Flor?-
Florencia asintió con la cabeza
-esta bien- yéndose a un lado de Florencia le agarro la mano y de la forma más tranquila le empezó a decir los procedimientos que harían- y para finalizar, Flor, como doctora es mi deber decirte que tu hemorragia fue muy grave y estabas en los primeros meses de embarazo, así que las probabilidades positivas son del 5% y las negativas del 95%- al ver que la cara de Florencia se ponía cada vez más triste decidió iniciar el examen no sin antes darle algunos ánimos que ni ella podría decir que la ayudarían –como mujer te puedo decir que no pierdas las esperanzas, nuestro cuerpo fue creado de tal manera que podemos resistir varias dolencias- le dio una pequeña palmadita en su mano y se preparo para hacerle la ecografía.
-Bueno Flor ¿estas lista?-
Federico tomo de la mano a su amor y le dio un pequeño beso en la frente –pase lo que pase, siempre estaré contigo cariño-
Florencia le dio las gracias y una pequeña sonrisa –estoy lista Sandy-
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