Florencia no sabía que decir, Federico seguía sin decir nada y Sandy tenia una cara de preocupación, ella no le quería decir nada todavía, ya que si le decía que tenia gemelos no la hubiera dejado ni respirar por lo sobre protector que era sabiendo que estaba embarazada.
Federico salio de su limbo y se quedo mirando a Florencia, esta no supo si interpretar su mirada como ¿sorpresa? ¿Enojo? O ¿ambas?
-¿por qué no me dijiste nada, Florencia?- su voz casi tranquila no calmo para nada a Flor.
-podemos hablar más al rato-
-ahora, Florencia-
Flor se le quedo mirando a una Sandy que trataba de disculparse para que la ayudase, ya que Federico quería respuestas en medio del parto.
-Federico, creo que Florencia te puede contestar tu pregunta luego, no creo que quieras tener a tus hijos en pleno pasillo, ¿verdad?-
Rápidamente Fede salio de su limbo, parpadeo varias veces como si quisiera borrar el momento en el que estaba.
-¡Sí! Lo siento, solo que yo…-
Florencia grito en ese momento, Federico le sostuvo la mano y le dio un pequeño beso en la frente, como para llenarla de su fuerza y su amor.
-ya hablaremos, amor, pero ahora tendrás que ser fuerte por ti y nuestros bebés-
-¿ya no estas enojado? le decía una Florencia mientras jadeaba camino a quirófano.
-no puedo estar enojado con la madre de mis hijos, y menos cuando esta a punto de traerlos al mundo- puntualizo Federico
-lo siento, yo no quería preocuparte- esto ultimo lo dijo casi pujando.
-Florencia-le advirtió Sandy- espera solo un poco más, todavía no pujes.
-No, puedo, el bebé quiere salir-
Federico recostó la cabeza a lado de la de ella para susurrarle al oído.
-¿Recuerdas los cursos de Lamaz que tomamos en la sala de video?-
-¡sí!-
-Pues es momento de que empieces a respirar como decían-
Flor empezó hacerlo, mientras Federico la ayudaba a repetir lo mismo –eso es cariño, respira ahora saca el aire como si estuvieras inflando un globo, eso amor, así-
Sandy regreso al quirófano preparada, se acomodo en su lugar, y dio paso al parto.
-Eso es Florencia, puja, puja, ya veo la cabeza, ahora respira y vuelve a pujar- Sandy le daba ánimos, mientras Federico ayuda a Flor a levantarse y pujar.
-Vamos cariño, ya esta casi afuera. Florencia empujo con todas sus fuerzas por última vez, el alivio lo sintió inmediatamente, y las lágrimas corrieron por sus ojos al oír el primer llanto de su hijo.
-¿Cómo esta?- Flor preguntaba cada vez más ansiosa en mirarlo.
-Es un hermoso niño, rojito, arrugadito, y tienes unos pulmones, jajajá, amor, es el mejor regalo que me pudiste dar-
Federico beso levemente a su mujer en señal de agradecimiento, y Flor se dejo querer, estaba muy agotada en esos momentos para discutir, sentía sus parpados pesados y como todo lentamente se hacia negro la voz de Federico y Sandy se oía lo lejos, escuchaba que le decía que despertara, pero ella estaba tan cansada
***
Federico no sabía que hacer, Dios no le podía hacer esto de nuevo, se esta repitiendo la misma historia, ver a Flor en la camilla del quirófano sin reaccionar y la sangre que emanaba de ella, era tan aterrador que lo tuvieron que sacar de inmediato, ¡Maldición! ¿por qué?, ¿Por qué siempre que la tocaba, ella tenia que sufrir algo?, el había decidido quedarse con ella, pero en ese momento estaba jurando que si se reponía le daría el divorcio, para alejarse de la tentación pero se haría cargo de su mujer e hijos, ¿hijos?, todavía no nacía el otro cuando Flor ya estaba medio muerta, a lo mejor solo se quedaba con el pequeño Erick, así le iban a poner, pero ¡no!, no quería pensar eso, Florencia se tenia que recuperar por ese pequeñito que todavía no había visto.
Mientras este seguía en sus pensamientos una chica muy mona se le acerco.
-Hola ¿Qué tal me recuerdas?-
-Hola, la verdad es que no-
-mmm… ya me lo suponía-
-lo siento, de verdad, aparte no estoy en el mejor momento de hablar, mi esposa esta muy mal en quirófano-
-lo siento mucho, mi abuelo también esta internado, pero él ya vivió su vida como quiso-
-si, mi Flor apenas esta comenzándola y nuestros bebes también-
-entonces, ¿si pudieron tener bebes? ¡Al fin de cuentas!-
-¿perdón?-
-mira, tu no me recuerdas pero yo si, me llamo Trinidad, me conociste en ese bar del hotel, ¿recuerdas?- viendo la cara de Federico – bueno creo que no, la cuestión es que tu estabas tan tomado, que decidimos ir a una habitación, yo te lleve, y tu empezaste a besarme, y a decirme Florencia, yo te aparte de mi, por que eso si querido yo no soy salvavidas de nadie, entonces te empecé hacer preguntas y me contaste todos los problemas con tu mujer, después te tumbaste en la cama y te desvestí, igual yo estaba tan cansada y no había traído mi coche así que decidí descansar en la cama, digo no fue nada malo.
Federico no lo podía creer, ¡Madre Santísima! Todos estos meses torturándose con lo mismo y lejos de Florencia, para que todo fuera una farsa.
-pero tú estabas desnuda debajo de las mantas-
-claro, que no-
-si, yo te vi los hombros descubiertos-
-obvio cariño mi vestido era strapple, te iba a decir todo cuando despertaras, pero te habías ido, y no tenia como comunicarme contigo-
En eso escucho que la llamaban
-pero bueno, me alegro de que las cosas estén bien en tu matrimonio, y ahora con tus hijos creo que podrán ser felices, nos vemos- le dio un beso en la mejilla y se alejo.
¡NO!, no le podía pasar eso, no en este momento, su mujer esta perdiendo la vida en quirófano, y él se enteraba de que no había pasado absolutamente nada para romper su matrimonio, ¿cómo podía ser eso? ¡DIOS! Él no podía hacerle esto.
***
Florencia, se sentía tan relajada en ese lugar, tanta paz emanaba de los diferentes lugares, era como estar en el cielo, todos sus temores, tristezas, problemas se habían ido, pero aún así sentía que le faltaba algo, sentía su corazón vació, como si alguien o le faltara para así tener por fin la tranquilidad tan esperada.
A lo lejos de la Isla donde se encontraba diviso a unos pequeños niños jugando, se veían tan hermosos, sobre todo la niña con unos rizos rubios y ojos color miel, se parecían tanto a una persona que ella conocía, en ese instante la niña volteo a mirarla su sonrisa era tan hermosa y tan angelical, quiso ir con ella, pero veía como se alejaba cada vez que ella daba un paso, no quería espantarla, pero ella también estaba sola, ¡tenía que alcanzarla!...Florencia corría, le gritaba, pero la niña no le hacia caso de pronto un haz de luz la jalo…
-La tenemos, Doctora, signos vitales estables-
Sandy respiro hondo si Florencia estaba en paro cinco minutos más, no sabría como decirle a Federico que se había quedado sin esposa y con dos hijos. Flor trato de quitarse la mascarilla, pero Sandy no la dejo.
-Tranquila, Flor, todo esta bien-
Flor sin hacer caso a Sandy se quito la mascara, su respiración era agitada, pero aun así tenia que preguntar por sus hijos.
-Mi…be…bé-
-Ella esta bien-
-¿ella?-
-Si, Flor, una hermosa niña, que al parecer será igualita a su padre-
Las lágrimas de Florencia eran de felicidad, alegría, incredulidad ya que no podía ser posible que haya visto como sería su hija en algunos años venideros.
-Fe…de-
-Él esta en cuneros, conociendo a su hija, a ti te pasaremos a un cuarto, pero necesitas descansar, tienes que salir adelante sobre todo por esas criaturas que te están esperando, ahora obedéceme y ponte la mascara.-
Florencia obedeció no sin antes darle las gracias a Sandy.
Federico salio de su limbo y se quedo mirando a Florencia, esta no supo si interpretar su mirada como ¿sorpresa? ¿Enojo? O ¿ambas?
-¿por qué no me dijiste nada, Florencia?- su voz casi tranquila no calmo para nada a Flor.
-podemos hablar más al rato-
-ahora, Florencia-
Flor se le quedo mirando a una Sandy que trataba de disculparse para que la ayudase, ya que Federico quería respuestas en medio del parto.
-Federico, creo que Florencia te puede contestar tu pregunta luego, no creo que quieras tener a tus hijos en pleno pasillo, ¿verdad?-
Rápidamente Fede salio de su limbo, parpadeo varias veces como si quisiera borrar el momento en el que estaba.
-¡Sí! Lo siento, solo que yo…-
Florencia grito en ese momento, Federico le sostuvo la mano y le dio un pequeño beso en la frente, como para llenarla de su fuerza y su amor.
-ya hablaremos, amor, pero ahora tendrás que ser fuerte por ti y nuestros bebés-
-¿ya no estas enojado? le decía una Florencia mientras jadeaba camino a quirófano.
-no puedo estar enojado con la madre de mis hijos, y menos cuando esta a punto de traerlos al mundo- puntualizo Federico
-lo siento, yo no quería preocuparte- esto ultimo lo dijo casi pujando.
-Florencia-le advirtió Sandy- espera solo un poco más, todavía no pujes.
-No, puedo, el bebé quiere salir-
Federico recostó la cabeza a lado de la de ella para susurrarle al oído.
-¿Recuerdas los cursos de Lamaz que tomamos en la sala de video?-
-¡sí!-
-Pues es momento de que empieces a respirar como decían-
Flor empezó hacerlo, mientras Federico la ayudaba a repetir lo mismo –eso es cariño, respira ahora saca el aire como si estuvieras inflando un globo, eso amor, así-
Sandy regreso al quirófano preparada, se acomodo en su lugar, y dio paso al parto.
-Eso es Florencia, puja, puja, ya veo la cabeza, ahora respira y vuelve a pujar- Sandy le daba ánimos, mientras Federico ayuda a Flor a levantarse y pujar.
-Vamos cariño, ya esta casi afuera. Florencia empujo con todas sus fuerzas por última vez, el alivio lo sintió inmediatamente, y las lágrimas corrieron por sus ojos al oír el primer llanto de su hijo.
-¿Cómo esta?- Flor preguntaba cada vez más ansiosa en mirarlo.
-Es un hermoso niño, rojito, arrugadito, y tienes unos pulmones, jajajá, amor, es el mejor regalo que me pudiste dar-
Federico beso levemente a su mujer en señal de agradecimiento, y Flor se dejo querer, estaba muy agotada en esos momentos para discutir, sentía sus parpados pesados y como todo lentamente se hacia negro la voz de Federico y Sandy se oía lo lejos, escuchaba que le decía que despertara, pero ella estaba tan cansada
***
Federico no sabía que hacer, Dios no le podía hacer esto de nuevo, se esta repitiendo la misma historia, ver a Flor en la camilla del quirófano sin reaccionar y la sangre que emanaba de ella, era tan aterrador que lo tuvieron que sacar de inmediato, ¡Maldición! ¿por qué?, ¿Por qué siempre que la tocaba, ella tenia que sufrir algo?, el había decidido quedarse con ella, pero en ese momento estaba jurando que si se reponía le daría el divorcio, para alejarse de la tentación pero se haría cargo de su mujer e hijos, ¿hijos?, todavía no nacía el otro cuando Flor ya estaba medio muerta, a lo mejor solo se quedaba con el pequeño Erick, así le iban a poner, pero ¡no!, no quería pensar eso, Florencia se tenia que recuperar por ese pequeñito que todavía no había visto.
Mientras este seguía en sus pensamientos una chica muy mona se le acerco.
-Hola ¿Qué tal me recuerdas?-
-Hola, la verdad es que no-
-mmm… ya me lo suponía-
-lo siento, de verdad, aparte no estoy en el mejor momento de hablar, mi esposa esta muy mal en quirófano-
-lo siento mucho, mi abuelo también esta internado, pero él ya vivió su vida como quiso-
-si, mi Flor apenas esta comenzándola y nuestros bebes también-
-entonces, ¿si pudieron tener bebes? ¡Al fin de cuentas!-
-¿perdón?-
-mira, tu no me recuerdas pero yo si, me llamo Trinidad, me conociste en ese bar del hotel, ¿recuerdas?- viendo la cara de Federico – bueno creo que no, la cuestión es que tu estabas tan tomado, que decidimos ir a una habitación, yo te lleve, y tu empezaste a besarme, y a decirme Florencia, yo te aparte de mi, por que eso si querido yo no soy salvavidas de nadie, entonces te empecé hacer preguntas y me contaste todos los problemas con tu mujer, después te tumbaste en la cama y te desvestí, igual yo estaba tan cansada y no había traído mi coche así que decidí descansar en la cama, digo no fue nada malo.
Federico no lo podía creer, ¡Madre Santísima! Todos estos meses torturándose con lo mismo y lejos de Florencia, para que todo fuera una farsa.
-pero tú estabas desnuda debajo de las mantas-
-claro, que no-
-si, yo te vi los hombros descubiertos-
-obvio cariño mi vestido era strapple, te iba a decir todo cuando despertaras, pero te habías ido, y no tenia como comunicarme contigo-
En eso escucho que la llamaban
-pero bueno, me alegro de que las cosas estén bien en tu matrimonio, y ahora con tus hijos creo que podrán ser felices, nos vemos- le dio un beso en la mejilla y se alejo.
¡NO!, no le podía pasar eso, no en este momento, su mujer esta perdiendo la vida en quirófano, y él se enteraba de que no había pasado absolutamente nada para romper su matrimonio, ¿cómo podía ser eso? ¡DIOS! Él no podía hacerle esto.
***
Florencia, se sentía tan relajada en ese lugar, tanta paz emanaba de los diferentes lugares, era como estar en el cielo, todos sus temores, tristezas, problemas se habían ido, pero aún así sentía que le faltaba algo, sentía su corazón vació, como si alguien o le faltara para así tener por fin la tranquilidad tan esperada.
A lo lejos de la Isla donde se encontraba diviso a unos pequeños niños jugando, se veían tan hermosos, sobre todo la niña con unos rizos rubios y ojos color miel, se parecían tanto a una persona que ella conocía, en ese instante la niña volteo a mirarla su sonrisa era tan hermosa y tan angelical, quiso ir con ella, pero veía como se alejaba cada vez que ella daba un paso, no quería espantarla, pero ella también estaba sola, ¡tenía que alcanzarla!...Florencia corría, le gritaba, pero la niña no le hacia caso de pronto un haz de luz la jalo…
-La tenemos, Doctora, signos vitales estables-
Sandy respiro hondo si Florencia estaba en paro cinco minutos más, no sabría como decirle a Federico que se había quedado sin esposa y con dos hijos. Flor trato de quitarse la mascarilla, pero Sandy no la dejo.
-Tranquila, Flor, todo esta bien-
Flor sin hacer caso a Sandy se quito la mascara, su respiración era agitada, pero aun así tenia que preguntar por sus hijos.
-Mi…be…bé-
-Ella esta bien-
-¿ella?-
-Si, Flor, una hermosa niña, que al parecer será igualita a su padre-
Las lágrimas de Florencia eran de felicidad, alegría, incredulidad ya que no podía ser posible que haya visto como sería su hija en algunos años venideros.
-Fe…de-
-Él esta en cuneros, conociendo a su hija, a ti te pasaremos a un cuarto, pero necesitas descansar, tienes que salir adelante sobre todo por esas criaturas que te están esperando, ahora obedéceme y ponte la mascara.-
Florencia obedeció no sin antes darle las gracias a Sandy.
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