Prologó
¡Positivo! Florencia Santillán leía por quinta vez los análisis que le había mandado su ginecóloga, ¿Cómo era posible que ella haya quedado embarazada? Se suponía que ella era estéril, esa era la primera prórroga de su divorcio contra Federico Fritzenwalden.
Esto no le podía suceder a ella, no en este momento, pero para ser realistas en un parte de su corazón se sentía feliz, tal vez podría dar marcha atrás con el divorcio. ¡No! Florencia se repetía, tu no puedes perdonarle su engaño, no puedes perdonarle su traición, el no te ama, te lo dejo bien claro cuando se fue a vivir con ella.
Todos sus pensamientos recobraron vida en ese momento, pensamientos que hace unos meses creía que había enterrado, pero que ahora surgían como agua fluyendo en el río. No sabía como había sido tan imbécil de haberse entregado en cuerpo y alma a un hombre. Ella era siempre de las mujeres que anteponían su carrera a un placer que solo la dejaría más destrozada, pero ella se lo busco, solita callo en esas redes, pero pensándolo bien todo había empezado cuando lo vio en la fiesta anual de cinematografía que realizaba su amiga Dominique de La trose, esa noche estaba demasiado excitada ya que unos de sus cortos se iba a pasar al público por primera vez, así que se puso un vestido rojo de seda de tirantes delgados para dar paso a un corpiño en forma de corazón y un vuelo en la falda que hacia que sus muslos lucieran geniales, se puso su mejor joyería, dejándose su pelo suelto haciendo que sus rizos tomaran vida.
La velada no fue muy divertida, pero esa noche nunca espero que le sucediera aquello, sintió un escalofrió en su espina dorsal como si alguien la estuviera mirando, observándola tan profundamente, en ese momento volteo como si fuera un imán y ahí lo vio era el hombre más hermoso que haya visto, tenía un porte indudablemente masculino, su cara era tan hermosa tenía unos ojos color miel que en ese momento brillaban como oro… ¡sería tan fácil perderse en ellos! … pensó una Florencia más prendida en la mirada de aquel individuo, después poco a poco bajo para encontrarse con su boca… ¡y que boca!...fácilmente podría devorarla y nunca saciarse.
Sus pensamientos fueron interrumpidos en ese momento al ver que él se acercaba… ¡oh mi dios ahí viene! ¡Que hago! Me escondo, no Florencia el ya te vio...pensaba cada vez más desesperada, en cuanto tuvo tiempo de darse vuelta para irse, un brazo la asió del codo, una voz sensual en su oído le susurro
-baile conmigo-
-no lo conozco-
-soy Federico Fritzenwalden, su futuro amante-
-¿qué?-
-…aunque tal vez todavía no lo sabe-
-usted es un…-
-baile conmigo, por favor-
Él se veía que era un tipo que nunca pedía favores y solo por eso ella decidió aceptar su invitación.
¡Positivo! Florencia Santillán leía por quinta vez los análisis que le había mandado su ginecóloga, ¿Cómo era posible que ella haya quedado embarazada? Se suponía que ella era estéril, esa era la primera prórroga de su divorcio contra Federico Fritzenwalden.
Esto no le podía suceder a ella, no en este momento, pero para ser realistas en un parte de su corazón se sentía feliz, tal vez podría dar marcha atrás con el divorcio. ¡No! Florencia se repetía, tu no puedes perdonarle su engaño, no puedes perdonarle su traición, el no te ama, te lo dejo bien claro cuando se fue a vivir con ella.
Todos sus pensamientos recobraron vida en ese momento, pensamientos que hace unos meses creía que había enterrado, pero que ahora surgían como agua fluyendo en el río. No sabía como había sido tan imbécil de haberse entregado en cuerpo y alma a un hombre. Ella era siempre de las mujeres que anteponían su carrera a un placer que solo la dejaría más destrozada, pero ella se lo busco, solita callo en esas redes, pero pensándolo bien todo había empezado cuando lo vio en la fiesta anual de cinematografía que realizaba su amiga Dominique de La trose, esa noche estaba demasiado excitada ya que unos de sus cortos se iba a pasar al público por primera vez, así que se puso un vestido rojo de seda de tirantes delgados para dar paso a un corpiño en forma de corazón y un vuelo en la falda que hacia que sus muslos lucieran geniales, se puso su mejor joyería, dejándose su pelo suelto haciendo que sus rizos tomaran vida.
La velada no fue muy divertida, pero esa noche nunca espero que le sucediera aquello, sintió un escalofrió en su espina dorsal como si alguien la estuviera mirando, observándola tan profundamente, en ese momento volteo como si fuera un imán y ahí lo vio era el hombre más hermoso que haya visto, tenía un porte indudablemente masculino, su cara era tan hermosa tenía unos ojos color miel que en ese momento brillaban como oro… ¡sería tan fácil perderse en ellos! … pensó una Florencia más prendida en la mirada de aquel individuo, después poco a poco bajo para encontrarse con su boca… ¡y que boca!...fácilmente podría devorarla y nunca saciarse.
Sus pensamientos fueron interrumpidos en ese momento al ver que él se acercaba… ¡oh mi dios ahí viene! ¡Que hago! Me escondo, no Florencia el ya te vio...pensaba cada vez más desesperada, en cuanto tuvo tiempo de darse vuelta para irse, un brazo la asió del codo, una voz sensual en su oído le susurro
-baile conmigo-
-no lo conozco-
-soy Federico Fritzenwalden, su futuro amante-
-¿qué?-
-…aunque tal vez todavía no lo sabe-
-usted es un…-
-baile conmigo, por favor-
Él se veía que era un tipo que nunca pedía favores y solo por eso ella decidió aceptar su invitación.
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